sábado, 25 de julio de 2009

Marat-Sade en el Teatro San Martin



¡Que placer enorme ir al teatro luego del receso porcino y encontrarme en el medio de una sala llena de gente sin miedo a la Gripe A y encima viendo la excelente obra "Marat-Sade" de Peter Weiss! Siento la obligación de hacer una reseña sobre este espectáculo, una obra muy conocida por el mundo teatral, pero que hace mucho bien redescubrirla.



La obra se plantea dentro de lo que se llama "teatro dentro del teatro", esto es, asistimos a una función de teatro donde lo que vemos en escena es a gente que asiste a una función de teatro. Particularmente en este caso los actores de "la obra de la obra" son locos. La pieza escenifica la representación de un texto escrito y montado por "el ciudadano" ex Marqués de Sade en el manicomio de Charenton (donde el marqués pasó sus últimos días) y cuyo argumento es el asesinato de Marat, activista de la revolución francesa. Su director, Villanueva Cosse se reafirma como un grande de la escena teatral nacional, nos trae una lujosísima y poética versión al español suya y de Nicolas Costa. Lorenzo Quinteros le pone el cuerpo y la garra admirablemente a este Marqués vestido de rosa que se da el gusto de "debatir" con Marat a lo largo de la obra, y se van sucediendo unos tras otros sus encendidos discursos de distintas ideologías, sobre temas políticos, filosóficos, y se analizan los alcances reales de la pregonada "libertad, igualdad, fraternidad" en el medio de una sociedad bañada en sangre.



Sin necesidad de ahondar en historicismos, esta obra desafía a encontrar en nuestra historia argentina algún eco de lo que plantea. Si pensamos en nuestra Revolución de 1810, nos encontramos que, los bellos ideales de la Revolución Francesa, en estas tierras de colonias, no existen como fundamental leitmotiv revolucionario. Es por demás sabido que los burgueses rioplatenses distaban mucho de tener sentimientos fraternales y de igualdad para con indios, negros, y hasta mestizos. Por eso cala tan hondo la definición de PATRIA que plantea el marqués, cuando dice que "patria es lo que cada uno quiere de ella". La decepción que puede sentir la sociedad francesa de entonces al ver que quienes toman el poder antes en manos de la monarquía, luego traicionan los ideales revolucionarios por intereses personales, quizás sea la misma decepción que podamos sentir nosotros argentinos al pensar en las sangrientas luchas intestinas entre unitarios y federales. ¿Tenemos los Argentinos algún Marat? ¿Algún idealista y activista revolucionario que luego de haber cambiado el sistema muriera asesinado por manos mercenarias? Claro que no. Nuestros revolucionarios no llegaron a tanto, apenas a olvidados mártires. Y menos aún en otros casos plagados de tristes traidores.


¿Qué quiere decir entonces Marat-Sade en Buenos Aires, Argentina? Uno ve esos locos que quieren vivar a alguien, esperando como ciegos que les señalen el camino... y ya vemos que en algo nos parecemos. Igualmente el espejo es menos cruel de lo que debería ser. Esos locos no se parecen mucho a los locos de los internados, les falta mugre, les falta el olor a transpiraciones viejas superpuestas. Pero bueno, es una decisión de Villanueva Cosse, se entiende, encontrar una estética adecuada, como elije el director del internado que no se hable mal de Napoleón y sus funcionarios. Ahora, en la decisión de dejar a de Sade fuera de la cárcel, pido que se me de me deje disentir. Ni el marqués, ni nadie que analice la sociedad críticamente, está fuera de ella. Estamos todos en la misma celda aunque sintamos que por pensar nos salvamos un poco.


Agradezco a todos los que hacen este espectáculo tan necesario que tiene de todo, ideas, pasión, lucidez, poesía, ironía, humor, bellísimas canciones, lo recomiendo aunque me haya estrujado el corazón.